Las preparaciones que se saltean en un wok admiten múltiples variaciones y no hay reglas fijas. En este caso, he utilizado unos trocitos de solomillo de ternera que tenia y unas cebollas rojas que suelo utilizar para preparar vinagretas y que se estaban echando a perder. Lo de la salsa Hoisin es simplemente afición: empezamos a emplearla en casa para los rollitos de pato y al final se ha convertido en un ingrediente importante en muchos de los platos que habitualmente comemos en casa.
Ya se que la foto es mejorable pero me da rabia, cuando la hice, de no haberme fijado en el desconchón del plato (para mas señas, esta en la parte superior). En fin...
INGREDIENTES:
- 300 grs aprox. de recortes de solomillo, tratando de igualarlos en tamaño y grosor; libres de grasa y nervios (en especial uno que bordea en cordoncillo)
- 2 cebollas rojas medianas
-4 dientes de ajo enteros
-3 cucharadas soperas de salsa Hoisin
-el zumo de medio limón, un chorro generoso de salsa de soja, sal, pimienta y aceite de oliva
-alguna hierba fresca para decorar
ELABORACIÓN:
Ponemos a macerar los trocitos de carne en el zumo del medio limón, la salsa de soja y algo de sal y pimienta (los líquidos de esta maceración tienen que ser , en cantidad, los justos; no porque pongamos mas salsa Hoisin va a quedar mas rico)
Mientras tanto preparamos los dientes de ajo (aplastóndolos y quitándoles la piel) y las cebollas rojas (que cortamos en juliana).
Calentamos aceite (que cubra el fondo) en un wok (o en una satén ) y cuando este a una temperatura elevada (pero sin que se queme) añadimos los dientes de ajo y las cebollas. Salteamos rápidamente de manera que cuando estén empezando a perder cuerpo, (el color no nos interesa, que las cebollas ya son moradas y el dorado sobra), añadimos la carne con todos los líquidos de la maceración. Y lo mismo: damos vueltas rápidamente y, en cuanto la carne pierda el color a crudo, se aparta del fuego.
Si hay invitados, ponemos alguna hierbecita que decore.
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